En este punto se rinde homenaje al momento histórico en que
Tame se convirtió en la cuna del Ejército Libertador.
El 12 de junio de 1819, en estas tierras, se encontraron las tropas
venezolanas del Libertador Simón Bolívar con las granadinas del
general Francisco de Paula Santander, sumando cerca de tres mil
hombres dispuestos a emprender la más grande hazaña militar por
la libertad de América.
Durante su estancia en Tame, el Estado Mayor Libertador planificó
la ruta estratégica para atravesar la cordillera, definiendo el paso
por Pisba, pese a las inclemencias del clima y las montañas.
El 17 de junio, el ejército emprendió su histórica marcha hacia los
Andes, integrada no solo por soldados, sino también por indígenas,
mestizos, sacerdotes, campesinos, ganaderos y las valientes
mujeres conocidas como “Las Juanas”, quienes acompañaban la
campaña llevando alimento, curando heridas y sosteniendo la
moral del ejército.
Aquella columna humana de esperanza cruzó sabanas, ríos y
montañas hasta alcanzar la gloria en Pisba, el Pantano de Vargas y
Boyacá, forjando el nacimiento de una nación libre.
El Monumento al Ejército Libertador, erigido en Tame, evoca esa
travesía épica donde la unión del llano y la montaña marcó el inicio
del camino hacia la independencia de Colombia.